Llegó 2020 con muchas novedades: de nuevo en Santa Clara terminando la obra de acondicionamiento de cambio de puertas, ventanas, suelos… y casi inmediatamente vino de China nuestro amigo el coronavirus:
Y con este intruso en nuestra vidas nos tuvimos que quedar en casa. Y seguir ahí. Encerrados. Aburridos. ¿Donde está mi cervecita en mi bar? Y seguimos encerrados. EN casa. Hasta para trabajar!
Pues a coser se ha dicho. primero le pegué un empujoncito (¡uno más!) a mi segunda colcha. Pero si se sigue ese culebrón, hay que ver que la pobre está maldita, así que casi enseguida la dejé para empezar un nuevo proyecto
Me pilló con unas reservas de tela a medio gas: Algunos Kits de telas que Victoria me había comprado en el Lidl y restos de otros trabajos. Así que me puse a hacer unas colchas de «andar por casa» o de uso diario para los niños.
Al principio planifiqué una para cada casa y para cada uno de ellos. Pensando una colcha roja para Gullermo en cada casa y un par de azules para Elena. Pero pronto vi que se quedaba bastante corto el suministro de las telas y que tenía más sentido hacer una colcha de potreo diario doble (medio roja medio azul) y una para cada niño, para calle Huelva.
Así que empecé en mayo las colchas del confinamiento o colchas de diario:
Todas con una continuidad en la forma y los ttipos de tela usadas: