La mantita de Victoria Mateo

A Victoria la conozco, o más bien la conozco de vista los primero muchos años, de hace treinta y muchos años. Sus hijos, Victoria y Dani, los recuerdo con pañales y sentados en la barra de la Taberna de su cuñado Pepe.

Ha sido estos últimos quince años aproximadamente que hemos tenido más relación y nos hemos conocido más que de vista: yo pasé de ser un cliente mas de su cuñado o un paciente más de su marido para convertirme en un vecino y amigo.

La relación entrañable se ha ido tejiendo a base pequeños encuentros más o menos casuales. Un día se enteró de que yo hacía labores de aguja y me pidió «un algo». Sin dudar abordé hacerle una mantita de sofá. Le pregunté por los colores que prefería y dijo que nada demasiado colorido o chillón.

El resultado se plasmó en la primavera de 2024: