









Cosas de la aguja y el hilo.
El primer boceto para hacer las siete colchas que planeaba (Carlos y los seis hermanos) consistía en un centro de nueve estrellas, una orla de cenefa-cadeneta y una orla de cuadros log-cabin.
Sin embargo, cuando tenía el centro de nueve estrellas, las orla-cadeneta y las teselas log-cabin hechas me di cuenta de dos detalles que eran importantes:
Por una parte, las medidas del centro 9X9 y las orlas no casaban perfectamente y debían tener o bien unos patrones de salto alrededor de las estrellas o unas cesuras en las orlas. ¡No me gustaba!
Por otra parte, hacer las orlas, especialmente las de cadeneta de estrellas asimétricas era muy lento y no me daría tiempo del verano del 2021 a mayo 2022. Y ese era el hito 1 para tener presentables las colchas.
Así que decidí eliminar las orlas y hacer una colcha de estrellas.
El primer problema que se me planteó es que para el prototipo no tenía suficiente tela para seguir haciendo estrellas del mismo tipo. Así que otro viaje a Julián López a buscar telas similares. El resultado fueron estrellas de telas parecidas en otras combinaciones para evitar efectos de contraste entre las del mismo «tipo»:
5 de febrero ya hay 11 estrellas! Y en el 10 de febrero… 14 estrellas
Ver directamente las siete colchas
La historia que las motiva:
Como se dice en la página de celebrando aniversarios, este año 2022 se cumplen veinticinco años de que falta nuestra madre y yo cumplo sesenta. Tal vez por el número tan redondito o porque las orejas del lobo andan por ahí, he dado forma a algunos de mis recuerdos más antiguos.
Seguro que a lo largo del año los hermanos nos veremos con alguno de estos motivos (aniversario y cumpleaños) al menos una vez.
Las colchas toman su nombre del estudio de fotografía de mi padre (Fylegos), que son las iniciales de sus siete hijos: F de Félix, Y de Yolanda, L de Luisfe, e de Esther, G de Gustavo, O de Olga y S de Silvia. Aquí una hoja de un talonario de encargos del estudio que todavía conservo:
Aquí va una foto del clan. ¡Claro! No están todos: faltan trece años para que nazca… el octavo pasajero! Y que nadie se sienta mal: Carlos es «mi hermano pequeño» por muchas razones.
Como dicho, el 25 aniversario y el cumpleaños redondo, parecía una buena fecha para saldar una deuda que yo tenía conmigo mismo para hacerle una colcha a mis hermanas. Bueno, Silvia tiene una pero ese es un caso especial.
Como hacer una colcha para cada una plantea el primer problema de que, si fuesen muy distintas alguna saliese mucho más atractiva que otra y surgiesen agravios, opté por plantear un mismo patrón de colcha variando únicamente las telas que lo compusiesen. Por otra parte el proyecto global abarcaría un número grande de telas. Así que restringí la cantidad de telas en cada colcha a tres, lo que hace un un total de 18 tipos de telas, combinadas de tres en tres. No cuento las telas de cesura entre estrellas que son lisas. Eso, claro, exceptuando el prototipo que iba a usar telas que ya tenía.
El proyecto se comienza durante el verano de 2021, cuando queda menos de un año para el primer hito del proyecto global: mayo 2022, aprovechando que casi con toda seguridad nos veremos todos para celebrar mis sesenta, presentar las colchas, seguramente inacabadas pero con la mayoría de cada una terminada (al menos los frontales).
En ese momento mi plan es hacer un sorteo entre mis seis hermanos para que cada uno sepa qué colcha (o combinación de telas) le ha tocado.
El hito final o entrega de colchas la supongo o bien el 15 de agosto que es el cumple de Luisfe y 25 aniversario de mi madre o después del verano por los mismos motivos. Para entonces ya seguro que estarán terminadas todas completamente.
Está claro que al hacer seis combinaciones de grupos de tres telas puedo haber elegido mejor en unos casos que en otros. La alternativa a estas diferencias, que entiendo son menores, sería hacer la misma colcha seis veces, lo que con seguridad tampoco gustaría a todos por igual. No me quita responsabilidad en los errores el hecho de que Elena me haya asesorado en hacer las elecciones y combinaciones.
Estas colchas tienen un origen y un proceso largo, en varias etapas, hasta que se define finalmente la forma que toman definitivamente.
El grupo de las Fylegos han ido tomado forma en las siguientes colchas:
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Una versión definitiva que se descosió porque era una buena aproximación: una parte de 5X5 estrellas en la parte de abajo y dos filas de cabecera. Pero no me convenció.
Vaya por delante que esta no es la colcha de Victoria, esa una colcha de casualidad (digamos) y además que es una colcha de diario o de potro, pero no una colcha especial como las otras. A mi gusto esta colcha no es bonita ni especial, que es como tienen que ser las cochas con destinatario o con un sentido. Otra cosa es que esta nos guste y otras de las especiales no nos guste.
ss
ll
gh
ff
Llegó 2020 con muchas novedades: de nuevo en Santa Clara terminando la obra de acondicionamiento de cambio de puertas, ventanas, suelos… y casi inmediatamente vino de China nuestro amigo el coronavirus:
Y con este intruso en nuestra vidas nos tuvimos que quedar en casa. Y seguir ahí. Encerrados. Aburridos. ¿Donde está mi cervecita en mi bar? Y seguimos encerrados. EN casa. Hasta para trabajar!
Pues a coser se ha dicho. primero le pegué un empujoncito (¡uno más!) a mi segunda colcha. Pero si se sigue ese culebrón, hay que ver que la pobre está maldita, así que casi enseguida la dejé para empezar un nuevo proyecto
Me pilló con unas reservas de tela a medio gas: Algunos Kits de telas que Victoria me había comprado en el Lidl y restos de otros trabajos. Así que me puse a hacer unas colchas de «andar por casa» o de uso diario para los niños.
Al principio planifiqué una para cada casa y para cada uno de ellos. Pensando una colcha roja para Gullermo en cada casa y un par de azules para Elena. Pero pronto vi que se quedaba bastante corto el suministro de las telas y que tenía más sentido hacer una colcha de potreo diario doble (medio roja medio azul) y una para cada niño, para calle Huelva.
Así que empecé en mayo las colchas del confinamiento o colchas de diario:
Todas con una continuidad en la forma y los ttipos de tela usadas:
Aquí mostramos algunos restos de la documentación y los patrones que usé para hacer la primera colcha: [[Contar la historia y la evolución del diseño]]
El calendario de Guillermo debía ser lo más parecido al de Elena que pudiera, de manera que no hubiese uno mejor que otro (inevitable, por otra parte se haga como se haga alser ambos únicos9.
Por tanto decidí usar la misma idea de bolsillos rodenado una imagen, con las mismas medidas y con los mismos motivos en cada bolsillo. Puse algunos de los motivos con posiciones especulares con el de Elena, otros bolsillos varían la tela o la alternan con otro día.
Quedaba buscar un motivo distinto para el centro. Encontré estas decoraciones navideñas de estos tres ángeles músicos que me parecieron interesantes, aunque dificiles de llevar a cabo. También me pareció que un arpa era imposible de representar cosiendo (?), así que al tercer ángel le coloqué una trompeta parecida a las que usé para el de Elena. El tamborilero usaría las dos manos con las baquetas.
Dándole vueltas a la idea de los ángeles músicos estilicé las túnicas, respetando en lo posible los pliegues de la parte inferior y las mangas. Al final con una combiación de telas de algodón y fieltro encontré algo relativamente aceptable.
La misma idea que se presenta en los dibujos de los ángeles, con la base de motivos navideños: velas, guirnalda y hojas, encontré una idea para arropar las tres figuras y que no estuviesen tan desangeladas (hubiese sido un contrasentido ángeles desangelados). El resultado también me pareció aceptable y no busqué más modificaciones.
Algunos detalles del proceso de elaboración se pueden ver en la página del proceso.
Queda poner una foto de la tela de Guillermo terminada, no tengo ninguna por el momento. Va una serie provisional, con una foto inicial realmente mala, pero es la única que veo por aquí.
En esta sección de la web se encuentra información sobre los trabajos de patchwork o quilting que he venido haciendo en estos últimos años.
Vaya de entrada una disculpa general a los hispano-parlantes por no usar el término almazuela (que me fue recordado recientemente por Ana Pérez Vega) para referirme a estos trabajos. Como en los primeros años (doce o quince años) de mi vida profesional, el uso común me llevaba a usar el término fontanero para decir en qué trabajaba, ya que los términos que se usaban no se correspondían exactamente con lo que yo creía que hacía y esa palabra me era útil para comunicar (siquiera lejanamente) mis tareas. En este caso, caso todo el mundo ha oido hablar alguna vez de patchwork pero si decimos almazuela tengo que explicar a qué me estoy refiriendo. Esperemos que el uso de esa palabra se vaya extendiendo para nombrar a esto que aquí se enseña y que tanto me gusta.
En una zona independiente de los quilts hay otras cosas refrentes al mundo de la aguja y el hilo.
Las páginas de la zona de quilting se muestran cada una de forma independiente con cada uno de los trabajos hechos por ahora, que son los siguientes:
En cada una de esas páginas se muestran fotos del resultado, y a veces del proceso, se dan algunas reseñas del trabajo como:
También, en la mayoría de los casos, se muestran los patrones de las teselas-átomos que sirvieron para cortar las telas y dibujar los patrones que sirvieron para coser en quilt. También en algunos casos puede haber alguna página inferior que contenga detalles del proceso o la historia concreta de algún aspecto concreto.
Otras páginas de esta sección y que no son quilts son:
En estas páginas se da menos información de lo que se ha hecho ya que son, un poco, las hermanitas pobres del grupo anterior.
Aunque haya páginas ricas y páginas pobres referentes a la aguja y el hilo, todas tienen mucho que ver con el placer de hacer cosas infinitas, y tener paciencia para acabarlas. Lo de referirse a estas tareas como infinitas es un término de mi hermana Yolanda que tomo prestado como refutación de la Ley de Hostadter. Una refutación parcial, pues la ley en sí es también verdad en parte.
Enlazando con lo anterior, el placer de hacer cosas sin importar que sea a muy largo plazo, hay que